¿Y si no estoy satisfecho con mi diagnóstico?

He consultado a cuatro doctores sobre un problema que tengo en la rodilla y los cuatro me han contado una película diferente. El médico de cabecera no tenía ni idea, así que cambié de médico de cabecera que dijo la palabra maldita: “operación”. Me fui a urgencias un día buscando una segunda opinion medica (bueno, en este caso ya era una tercera) y la chica que me atendió me dijo que eso lo tenía ella y que la operación no era la panacea.

La historia del cuarto médico es la mejor. Cuando el primer médico de cabecera vio la radiografía se le puso una cara de espanto que me asustó pero el individuo no fue capaz de decirme nada al respecto, solo que pediría cita con un especialista. Bueno, en realidad, la cita la pedí yo, porque hoy en día el sistema público de salud se ha transformado en una especie de do it yourself. A no tardar mucho, tendremos que hacernos nosotros mismos el diagnóstico. Yo, de hecho, esto último ya lo hago con bastante éxito en la mayoría de casos.

Pero a lo que iba. Tras esperar pacientemente dos meses y medio a visitar el especialista, la cita en cuestión duró menos de 5 minutos y consistió en palparme un poco la rodilla y darme unas pastillas para que tome durante ¡6 semanas! Ah sí, es verdad, tuve que pedir cita para que hagan una resonancia magnética que supongo tardará otros 3 meses, más otros dos meses de propina para conocer el resultado con el especialista.

El traumatólogo especialista no me dio ningún diagnóstico claro. Me dijo que no veía nada… pero me dio unas pastillas. De acuerdo que un traumatólogo no es un mago y necesita los resultados de la resonancia para analizar la cuestión más a fondo, ¿pero cómo es posible que me vean 4 médicos y todos digan alguna cantinela diferente?

Así que estoy pensando en buscar una  segunda opinion medica, que en este caso sería la quinta. Supongo que en una clínica especializada me dedicarán algo más de 5 minutos y un ¿quién es el siguiente? como escuché antes de salir por la puerta al traumatólogo de gatillo rápido que me atendió la última vez.