Casi todas las semanas acude alguien a mi tienda buscando asesoramiento sobre promoción. Llevo muchos años con mi tienda de impresión digital y conozco bastante bien el sector. Pero también es cierto que estamos en un momento de grandes cambios a nivel de marketing y lo que funcionaba ayer tal vez no funcione mañana.
Un amigo vino hace poco a la tienda porque estaba pensando en promocionar su negocio de informática a través de regalos. Le iba bastante bien gracias al acuerdo al que había llegado con una gran empresa internacional para convertirse en servicio técnico oficial. Esto había disparado los clientes aunque también había llegado aparejado de un extra de exigencia. Con todo, quería aprovechar el buen momento para intentar abrir una segunda tienda en la ciudad con primer paso para expandirse, como él decía.
Todo lo que me contaba me sonaba bien, pero tal vez estaba apresurándose mucho. Hablamos de cómo promocionar la tienda a través de regalos como usb para publicidad, carcasas, fundas, etc. Se trataba de premiar con un regalo a los clientes que hacieran una compra o pagaran por un servicio que superara una cantidad de dinero. Mi amigo me preguntó si la ‘estrategia’ podría funcionar y yo le dije que sí.
Por supuesto, yo también defiendo mi negocio. Un servicio bastante rentable en mi tienda es la impresión digital de calidad en soportes diferentes al papel. Es algo que funciona bien y que cada vez representa una parte más importante de mi negocio. Pero yo tampoco soy un experto en marketing, por decirlo así, y muchas veces me llegan con proyectos que me despiertan algunas dudas: pero mi trabajo es ofrecer un resultado profesional en todo tipo de impresiones digitales.
Cuando semanas más tarde mi amigo volvió a la tienda con mala cara ya sabía por donde iban los tiros. Me había dicho que la idea era hacer otro pedido si funcionaba bien la estrategia. Por fin despertó del sueño de la nueva tienda y se centró en hacer bien su trabajo en la que ya tiene, no vaya a ser que se quede sin ninguna.