Boda 2.0

Los tiempos cambian que es una barbaridad. Cuando yo me casé, y no hace tantos años, la boda fue una más, con su cordero y su lubina salvaje, con su Paquito el Chocolatero, su puro para los hombres, la flor para las mujeres, etc. Bueno, tuvimos un photocall de esos de ponerse caretas y hacer cosas absurdas y un candy corner para los peques. Pero poca modernez. Pero el otro día mi mujer y yo fuimos a una boda y lo flipamos: esto sí fue una boda 2.0.

Para empezar el menú era vegano. En lo que a mí respecta no me importa: yo no voy a las bodas a comer, al contrario que el 90% de los asistentes. Voy porque me invitan y a veces hay que cumplir y todo lo más para ver a amigos y familiares. Así que si hay que comer hamburguesa de tofu pues se come. Claro que a muchos asistentes no poder hincarle el diente a algo de origen animal, puede doler.

También nos dijeron que las fotos del evento irían en un pendrive merchandising que incluía un logo especial que habían diseñado los novios. Así uno se evita tener que estar pendiente de cómo y cuándo vas a poder ver las fotos. Otra tema muy moderno era la música del evento. Mediante un programa que podíamos descargarnos en el móvil se podían puntuar las canciones de forma que el DJ iba pinchando aquellas que más ganas tenían de escuchar los asistentes. 

¿Y el coste de toda aquella movida? Bueno, es verdad que con el menú vegano sí iban a ahorrar un buen dinero, para qué negarlo. Así que debieron invertir el resto del dinero en toda esta tecnología punta. En lo que no innovaron fueron en sus vestidos. Ella iba de blanco y él con traje, porque llegó un momento en que pensamos que la novia iba a aparecer con vestido de tela reciclada o algo así. 

Cuando recibimos los pendrive merchandising y pudimos descargar las fotos la verdad es que nos emocionamos un poco. Las bodas son algo único pese a que a mí, al principio, siempre me parecen un peñazo. Pero luego con un poco de tofu y el vino ecológico uno se va animando.