La investigación y desarrollo de tratamientos dermatológicos no invasivos ha tenido sus frutos en los últimos años: desde el microneedeling hasta la mesoterapia, pasando por el peeling químico, la neuromodulación y otras terapias alternativas a la inyección de toxina botulínica. Sin embargo, no todas están teniendo el mismo éxito. El tratamiento de Luz Pulsada Intensa, por ejemplo, ha sabido abrirse camino por su empleo innovador de la tecnología lumínica, siendo un tratamiento acne Vigo de creciente demanda.
Desarrollada a principios de los años noventa, esta forma de laserterapia se vale de un segmento del espectro de luz visible para conseguir distintos efectos sobre la piel: eliminar los signos de la edad, reducir el enrojecimiento, suprimir el vello facial, disimular las cicatrices, etcétera.
La aplicación de la Luz Pulsada Intensa (IPL, por sus siglas en inglés) es indolora, de corta duración y poco agresiva para la salud cutánea. Sus efectos secundarios, escasos y nada graves, surgen de una preparación inadecuada para el tratamiento (p. ej., no interrumpir la ingesta de ciertos medicamentos).
Profundizando en sus usos, la Luz Pulsada Intensa permite disminuir las denominadas «arañas vasculares» y las rojeces producidas por la rosácea y otras enfermedades. Las pechas, melasmas y otras manchas de la piel pueden atenuarse con esta terapia, que también ayuda a minimizar las pequeñas arrugas de la edad.
Frente a la depilación láser, la IPL facial previene el crecimiento de vello no deseado. El espectro de luz utilizada debilita el folículo piloso y proporciona resultados duraderos, sobre todo contra el vello claro. Otros daños e imperfecciones que puede tratar son las estrías, el acné, las marcas de nacimiento y la hiperpigmentación.
En general, la textura de la piel sale fortalecida tras una o varias sesiones de Luz Pulsada Intensa. Esta tecnología incentiva el desarrollo de elastina, colágeno y otros componentes beneficiosos para la salud y la estética cutáneas.