3 problemas capilares frecuentes y su solución

– La caspa. La caspa son pequeñas laminillas de piel muerta que se desprenden del cuero cabelludo. Normalmente, está acompañado de picor aunque no hay inflamación ni ningún otro problema aparente en la piel. La caspa no está relacionada con la suciedad, ya que las personas que se lavan la cabeza todos los días pueden sufrirla. Es un problema social importante ya que es muy visible y se puede depositar incluso sobre la ropa, lo que da sensación de descuido y de falta de higiene.

Puede asociarse al estrés o a uso de determinados cosméticos pero en la gran mayoría de los casos es algo que no tiene una razón concreta de ser.

Cuando se padece de caspa lo adecuado es acudir a un dermatologo pelo en Vigo para que estudie el caso concreto de la persona y le recomiende los productos más adecuados para dejar su cuerpo cabelludo limpio y saludable.

– Los piojos. Los piojos son un problema cada año en el colegio ya que muchos niños se contagian con estos insectos. Contrariamente a lo que se piensa, no es un problema de higiene y niños con muy buenos hábitos y el cabello muy limpio pueden contagiarse. No obstante, los buenos hábitos harán que los piojos se localicen desde el primer momento y sea mucho más fácil combatirlos.

Para luchar contra los piojos y liendres hay en el mercado todo tipo de champús y de lociones, así como peines especiales para arrastrar hasta el último huevo del cabello. Pero lo mejor es prevenir con lociones repelentes que ayudan a que no se produzcan contagios y que se pueden aplicar cuando se conoce la existencia de un brote en la clase.

-Exceso de grasa. Existe también el problema de exceso de sequedad, pero normalmente la grasa es más molesta y lleva a más consultas. Cuando se tiene un cabello que no tiene un buen equilibrio lo más inteligente es acudir al especialista para que examine el pelo y nos diga cuál puede ser el origen del problema. 

A partir de aquí, nos ofrecerá los productos más adecuados como champús o lociones, con los cuales se va a equilibrar la producción de grasa del cuero cabelludo consiguiendo un pelo mucho más atractivo, sin sensación de estar siempre sucio o con el tono apagado y la aspereza del cabello excesivamente seco.