Aprendiendo nuevas herramientas 

Me gusta llevar la contraria y si una cosa se pone de moda, intento evitarla, al menos hasta que demuestre su verdadera utilidad. No es una postura muy racional en algunos casos, porque es cierto que hay cosas que se ponen de moda que son verdaderamente útiles, pero tampoco es menos cierto que a menudo son las empresas fabricantes, sobre todo en el ámbito tecnológico, las que nos azuzan para engancharnos a cualquier tontería que sacan. 

Otra cosa es cuando se trata de trabajo. En este ámbito siempre hay que estar mirando de reojo lo que sale, pero solo de reojo porque también aparecen muchas cosas que prometen hacer el trabajo más rápido y no siempre es así. Pero si trabajas como yo con un ordenador y siempre navegando por internet es un hecho que la tecnología puede ayudar. Y los mapas son un ejemplo.

Recientemente he tenido que escribir sobre una ruta en Galicia que incluía tomar el barco moaña vigo. El Google Maps es uno de mis grandes “socios” a la hora de hacer estos recorridos. No es que sea yo muy fan de la empresa de Mountain View, pero debo decir que su software para mapas es uno de los grandes inventos de nuestra era digital. Al menos para mí, si tuviera que elegir uno (más allá del propio internet) elegiría el Google Maps. Pero también existe una aplicación vinculada a la que hasta ahora no le había dado mucha bola pero que tienen su interés: se llama Google My Maps.

Aunque nunca tengo tiempo para nada, como todos los trabajadores ¿no?, de vez en cuando vislumbro un par de minutos libres, y el otro día, mientras miraba lo de barco Moaña Vigo, me dio por cacharrear con el My Maps, y me di cuenta de que era bastante sencillo y que podía generar mapas muy útiles para los lectores. Pero también para mí, para cuando organizo mis propios viajes porque te permite trazar recorridos a pie o en coche anotando los principales puntos de la ruta. Todo un descubrimiento, que no sé si está de moda o no, pero es realmente útil, y eso es lo importante.