¿Te has preguntado alguna vez como se hace la nata para cocinar? Te contamos como es el proceso para que sepas qué procesos tiene el producto que llega a tu cocina. Por supuesto, el primero de los procesos es la recogida de la leche en la granja de producción. Este proceso es muy minucioso ya que la leche tiene que estar siempre a unas temperaturas concretas para evitar que las bacterias puedan proliferar en ella. Los camiones cisterna que recogen la leche están absolutamente preparados para este proceso.
La leche cruda llega a la fábrica donde es vertida en grandes bidones especiales que también garantizan la temperatura óptima de la leche para el proceso de separado de la nata. Antiguamente, este proceso de separado era muy simple. Al dejar reposar la leche, la nata se acumulaba en la parte de arriba debido a su densidad. De esta manera, solo había que retirar la cantidad deseada, dejando siempre una porción para la leche. Pero, actualmente, las cosas se hacen de una manera mucho más mecanizada.
La leche se somete a un proceso de centrifugado durante el cual se van retirando las partículas grasas. Se hace en la proporción que se desee según la leche vaya a ser entera, semidesnatada o desnatada. Hecho esto, la leche va por un lado para ser procesada y envasada y la nata sigue su camino.
El paso siguiente es la homogeneización. La nata se somete a este proceso para que su apariencia sea totalmente uniforme y las partículas de nata y de leche y agua no se separen. Por último, se pasteuriza para que resulte seguro para el consumo. Es importante señalar que, dado que hay diferentes tipos de nata con distintos porcentajes de grasa, el proceso de la nata se hará por separado para cada uno de estos productos. La nata para cocinar es una de las que tienen menor porcentaje de grasa.
Tras la pasteurización solo queda envasar la nata en los cartones en los que estamos acostumbrados a verla en el supermercado y comercializarla. Y, de esta manera, es como la encontramos cuando vamos a realizar la compra. Un producto seguro, totalmente libre de bacterias y que además tiene un aspecto uniforme y atractivo, así como un sabor agradable. Su porcentaje de grasa es el mejor para poder realizar salsas y otros platos, consiguiendo así que las recetas salgan siempre perfectas.