El vino albariño reconoce en las Rías Baixas una de sus principales zonas de producción, con bodegas y productos vinícolas de indiscutible calidad. Cinco son las subzonas donde se cultivan estas cepas, hoy inseparables del área costera de Galicia: Val do Salnés, Condado de Tea, O Rosal, Soutomaior y Y Ribeira do Ulla.
En primer término, las bodegas de Val do Salnés producen gran parte del mejor vino albariño selección rías baixas, siendo esta una de las primeras subzonas que recibieron inicialmente la D. O. Rías Baixas. Se estima que existen aquí más de 4 mil viticultores y alrededor de 2.300 hectáreas de viñedos. Por sus condiciones climáticas y terrestres, los productos de Val do Salnés se caracterizan por los matices salinos en boca y una marcada acidez. Como no podía ser de otra manera, la mayoría de sus vinos son albariños.
Situada junto al río Miño, el Condado de Tea es otro de los núcleos de producción del vino albariño de Galicia y debe su nombre al río Tea que afluye al citado Miño. Los productos vinícolas destacan por su frescura, sedosidad y aroma intenso, que siempre deja un recuerdo agradable en boca. Además del albariño, se cultiva abundantemente el Loureiro, variedad de menor acidez. Por otra parte, el enoturismo es notable aquí, como demuestra la celebración anual de la Fiesta de la Lamprea de Arbo.
Hablar de O Rosal es hablar de otra de las principales áreas de cultivo de la uva albariño. Se ubica en la parte oriental de la comunidad gallega, próxima a Portugal, abarcando A Guarda, Tomiño, Gondomar, Tui y por supuesto, O Rosal, municipios donde se elabora un vino de gran frescura, cremosidad y profundo y duradero sabor en boca, siendo perfecto para maridar infinidad de platos atlánticos.
Las subzonas de Y Ribeira do Ulla y Soutomaior se unieron tardíamente a la D. O. Rías Baixas y sus vinos albariños son frescos y afrutados. Igualmente, se cultivan variedades como Torrontés o Godello, entre otros.