¿Cuáles son las variedades de uva blanca más consumidas en España?

La competencia entre las uvas blancas y tintas reconoce en España uno de sus campos de ‘batalla’ más intensos, precisamente debido a la riqueza de la vitivinicultura peninsular. Aunque los vinos tintos sean dominadores, los blancos no se quedan atrás. Así lo indica la demanda del vino albariño blanco, variedad autóctona de Galicia que se distingue por su acidez, frescura y gran aroma.

La uva albariño  es uno de los emblemas de la D.O. Rías Baixas y goza de popularidad más allá de nuestras fronteras. Tanto es así que se exporta con éxito a Argentina, Uruguay, Estados Unidos, Brasil o Nueva Zelanda.

Otra de las variedades de uva blanca con mayor éxito es la garnacha blanca, oriunda de Aragón, Cataluña y Alicante, entre otras provincias del nordeste peninsular. Posee un punto de acidez bajo y un grado de alcohol generoso, con matices frescos y herbáceos que sorprenden a propios y extraños.

Con toda probabilidad, la uva blanca más difundida en la Península sea la verdejo blanco, también conocida como cepa de madrigal, gouvelo o boto de gall. Se cultiva mayormente en Castilla y León, Valladolid y Segovia; sus vinos poseen un sabor equilibrado, ligeramente ácidos y con multitud de matices vegetales.

Entre las uvas blancas líderes en producción, la airén, lairén, blancón o forcallada —llámese como se prefiera— no tiene nada que envidiar a las anteriores. Se cultiva en Madrid y Castilla-La Mancha y es la base de vinos y mostos de prestigio.

Los viñedos de la uva godello, por último, encuentran su sitio en el Bierzo, Valdeorras, Monterrei y Ribeira Sacra, mayormente. De racimos pequeños, esta variedad produce vinos jóvenes y de crianza de excelente calidad, con un regusto persistente en boca. Recibe multitud de nombres dependiendo de la región, como berdello, cumbrao, guveio, prieto picudo blanco u ojo de gallo.