El equipo del barrio 

A veces pienso que quién me habrá mandado a mí meterme en estos temas, pero luego veo lo contento que van los niños a jugar los fines de semana y el esfuerzo vale la pena. Todo esto empezó hace un año cuando un grupo de padres del barrio hablamos medio en broma medio en serio sobre la falta de un equipo en el barrio para los chavales. Es un barrio bien grandecito, pero faltan clubes deportivos y fue así como empezamos a valorar esta opción.

Pero, poco a poco, todos empezaron a bajarse del barco y me quedé yo solo liderando el proyecto, eso sí, con mucho ánimo de los otros papis. Pero a la hora de la verdad me tocaba a mí hacer la mayoría de cosas si queríamos finalmente llegar a tiempo para inscribir al equipo. Incluso me vi corriendo a última hora buscando un sitio especializado en Impresion digital para que las camisetas de los chavales estuvieran a tiempo para el primer amistoso. 

Aquel primer partido fue todo un éxito y entonces empecé a recibir, nuevamente, ofertas de colaboración. Pero esta vez fui más taxativo, siempre desde la amabilidad, pero dejando claro que yo no podía solo con este asunto porque requería mucho tiempo y trabajo si, efectivamente, queríamos pasar de jugar amistosos a integrarnos en las ligas de barrio. Y parece que entendieron que no me gustó mucho que todos fueran delegando en mí las cosas, incluyendo la búsqueda del negocio de impresión digital para el tema de las camisetas que, por suerte, al final salió bien.

Meses más tarde de aquel primer partido, el equipo ya va funcionando y nos hemos integrado en la liga de los barrios de la ciudad. No se puede decir que, a nivel deportivo, sea un éxito todavía, pero para mí lo de quedar primero o último me es indiferente. Lo más importante es que los niños se lo pasan bien y disfruten del balón y de los amigos. Que lo de llegar a profesionales y todo eso, desde luego, no es el objetivo de este equipo.