HAY QUE CUIDARSE DEL SOL

Hace ya unos meses que una de mis amigas se ha mudado a vivir a otra ciudad porque se va a casar con un antiguo novio que tenía hace veinte años y ahora se han vuelto a encontrar. A mi no me importa que se vaya a casar, pero lo que sí me importa es que ya no vaya a verla más ya que se ha ido a vivir a Valladolid y no está dentro de mis planes hacer ningún viaje hasta allí. Pero el otro día que estuvimos hablando por teléfono me dijo que iba a tener que ir a unos Especialistas dermatologia medica para que le viesen unas manchas que tiene en la espalda y cree que no son buenas. Por lo que me ha enseñado le he dicho que parecían más manchas de la edad que manchas producidas por el sol, pero que para salir de dudas lo mejor era que fuese a la consulta del dermatólogo y que él o ella se lo aclarara.

Además ¿ahora que vive lejos del mar se va a preocupar por las manchas en la piel? Tendría más sentido que que le preocupasen cuando se exponía al sol durante toda la tarde. 

Hasta yo he tenido que cambiar mis hábitos con las cremas solares. Desde que vamos en el barco te das cuenta de que el sol pega mucho más fuerte dentro del agua que en la playa, y no me queda más remedio que ponerme crema solar nada más quitarme la camiseta, porque de lo contrario te quemas antes de que te des cuenta y no es nada agradable tener que dormir con las quemaduras del sol. Aún extendiendo el techo de la barca es necesario echarse crema solar ya que el sol traspasa el techo de lona.

Desde que tenemos el barco ya no vamos a la playa, ¿para qué? Ahora nos ahorramos los gritos de los niños, que nos echen arena cuando pasa la gente al lado de tu toalla, y además podemos bañarnos en el lugar de la ría que más nos guste y más rabia nos dé.