Nacionalismo lácteo

Tengo un amigo que cuando alguien empieza a presumir de su ciudad, región o país, siempre dice la misma frase “las fiestas patronales de mi pueblo son las mejores”. Es una forma de ironizar sobre esa faceta tan humana de creer que lo suyo es siempre diferente y, a menudo, mejor. Por suerte o por desgracia, nos parecemos mucho más de lo que creemos pero nos gusta defender nuestra individualidad a base de exaltar el colectivo al que pertenecemos, sea nuestro equipo de fútbol, nuestro partido político o nuestra tierra inmemorial.

Yo soy asturiano, aunque vivo fuera, y soy un moderado amante de mi tierra. Debo recalcar lo de ‘moderado’, porque no todo lo que existe tras la Cordillera Cantábrica me satisface. Sí, puedo decir que yo solo bebo leche de asturias, porque me gusta y estoy acostumbrado, pero no me gusta la sidra ni me parece una especie de milagro de la creación. Forma parte de nuestra tradición, pero no todas las tradiciones me gustan ni me interesan.

Así que cuando hablo con alguien que no es de Asturias sobre mi tierra me da mucha pereza, porque me va a repetir el ‘abc’: sidra, cachopo y lluvia. Y tal vez, fabada. Sí, en Asturias hay de eso, pero también hay gente que no bebe sidra, que odia el cachopo y, a veces, incluso, sale el sol.

Supongo que todos lo hacemos. Si yo hablo con un australiano le diré las cuatro tonterías que pueda saber: incluso hasta salen los canguros en la conversación. Pero a mí nunca me oirá nadie decir que lo de mi tierra es lo mejor. Bueno, quizás la leche de asturias sea la mejor, pero a buen seguro que un gallego, un vasco o un cántabro podrá contradecirme.

¿En Asturias se come tan bien? Comer demasiado no es comer bien, pero es evidente que la suerte de mi tierra está en contar con una variedad de materia prima de calidad que configuran una gastronomía diversa y rica. Y supongo que para un madrileño acostumbrado a las raciones escasas y mediocres por precios exorbitados resulta increíble lo de algunos restaurantes de Asturias… sobre todo a la tercera botella de sidra.