Parkings modernos y con mejores servicios

¡Cómo han cambiado los parkings en los últimos años! No hay más que ir a uno de los parkings ipark para darse cuenta de lo mucho que ha evolucionado este servicio. Los primeros parkings que aparecieron por toda España eran muy diferentes a los que hay en la actualidad. Para empezar, eran por lo general mucho más pequeños y solían contar con una persona que se encargaba de darnos un recibo al entrar y de cobrarnos cuando nos íbamos. 

En ocasiones, esta persona se encargaba de anotar las matrículas y las horas de llegada no solo en el billete que nos dispensaba, sino también en una especie de registro que llevaba de manera bastante rudimentaria, y que le ayudaba en caso de que perdiésemos el papelito (aunque siempre había un aviso de que en caso de pérdida nos cobrarían la cantidad correspondiente a un día completo).

Poco a poco, el cobrador del parking comenzó a compartir su labor con las máquinas de cobro automático y los clientes podían escoger cómo pagar. O incluso podían pagar en máquina si contaban con monedas o billetes pequeños y en caja con tarjeta o billetes grandes. 

Hoy, cuando entramos en un parking lo habitual es que este lea la matrícula del vehículo y nos expida un billete de manera automática. Ese billete solo tiene la función de poder pagar en las máquinas cuando nos vamos, la única manera de abonar el precio del parking ya que los cajeros han sido sustituidos por guardias de seguridad.

Al marchar, nuevamente se lee nuestra matrícula y se levanta la barra de seguridad para dejarnos partir. Pero incluso hay sitios que van más allá y leen nuestro aparato para pagar las autopistas, realizando ahí el cobro. En estos casos, no vamos a necesitar ningún tipo de billete. Al entrar, la barra se levanta y pita el telepeaje. Sabemos que hemos sido registrados. Al salir, pagamos tal y como hacemos cuando pasamos por las zonas de cobro de la autopista. 

Incluso podemos reservar una plaza a través de aplicaciones, con solo introducir la matrícula. Algunos parkings permiten que incluso se realice el pago del servicio a través de la aplicación antes de irnos, con lo cual no es necesario tampoco contar con un billete que no hay que preocuparse de conservar para no pagar recargos innecesarios. Sin duda, hemos ganado en comodidad y también en seguridad.