¿Qué es un mandato de venta?

Un mandato de venta es un contrato de mandato. Este tipo de contratos son aquellos en los que una persona contrata a otra para que se encargue de uno o varios negocios en concreto, generalmente a cambio de una comisión. En el mandato de venta el contrato en cuestión es para que la parte contratada se encargue de realizar una venta. Un buen ejemplo es el contrato que se firma con una inmobiliaria para que se encargue de la venta de un piso de nuestra propiedad a cambio de una comisión en la venta.

El mandato de venta negocios es exactamente lo mismo, pero se lleva a cabo en el mundo de los negocios. El propietario de una empresa puede encargar a una gestoría o a un asesor especializado la venta de su empresa. Vender una empresa puede ser un proceso largo y complejo y muchos empresarios no quieren encargarse personalmente de todo porque no se sienten capacitados, porque tienen otros negocios que vender o, simplemente, porque creen que alguien experto puede conseguir mejor precio o condiciones más beneficiosas.

Normalmente, el asesor al que se le encarga la venta se encarga antes de nada de valorar la empresa, realizando una tasación exhaustiva. Tras esto, elaborará un dossier con los puntos que quiere exponer a los posibles compradores en los que irán incluidos todos los documentos que la otra parte necesitará conocer para poder tomar una decisión.

Con esto, lo habitual es acudir al dueño de la empresa para discutir cuánto quiere obtener por su negocio. Muchas veces, el dueño tiene una relación emocional con su negocio que le impide ver su auténtico valor y el asesor tiene que hacerle ver cuál es el precio realista que puede pedir si de verdad quiere vender. Esto es a veces una de las partes más complicadas del proceso.

Hecho esto, el asesor se encargará de buscar a los posibles compradores y de mantener con ellos las reuniones oportunas para negociar la venta. Una vez que se han establecido acuerdos y todos ellos se recogen por escrito, se lleva la propuesta nuevamente al propietario, que será quién tenga que dar el visto bueno final. Si todo está tal bien, se firmarán los documentos y el asesor se encargará de todos los papeleos relativos al cambio de propiedad, sin que el antiguo dueño tenga que ocuparse de nada más que de firmar.