Un nuevo bróker

Fue allá por 2007 cuando me di cuenta que mi primer bróker no era el ángel de la guarda de mi dinero, tal y como él se había presentado en su día. Me aconsejo invertir en ladrillo (me dijo que era una época excelente para el sector inmobiliario) y de paso que había una gran oportunidad de negocio en Lehman Brothers. Bien es cierto que tampoco me la quise jugar y no le di todos mis ahorros, pero pocos meses más tarde mis inversiones se habían evaporado.

Junto a mi dinero, también se evaporó el bróker que debió emigrar a Laos y cambiarse de nombre. Yo estuve una temporada muy desconectado de las inversiones, por razones obvias, y dediqué el tiempo a volver a ahorrar. Pero tres años después me volvió el gusanillo inversionista y busqué un nuevo consejero.

Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Pues bien: yo tengo ese dicho muy presente y tenía muy claro que no estaba dispuesta a perder mis inversiones en un abrir y cerrar de ojos por culpa de un bróker inepto.

Cuando estaba buscando cuenta nomina sin comisiones entré en contacto con un economista en un foro de internet. Sé que no es el mejor sitio en el que buscar un bróker, pero pronto me demostró que sabía de lo que hablaba. Me dijo que se dedicaba a asesorar de forma independiente y que podía indagar en el foro para conocer mejor su reputación. No cabía duda de que parecía un tipo intachable.

Empecé con algunas operaciones bastante sencillas y todo fue bien. Como bien sabe cualquier inversor, no siempre se puede acertar, pero este hombre, al que luego conocí en persona, solía dar en el clavo. Además, siempre rechazaba operaciones de mucho riesgo o bien me ponía en situación con todo tipo de cifras para entender el riesgo al que me sometía si hacía tal o cual operación.

Gracias a la búsqueda de una cuenta nomina sin comisiones, con lo que también acertó, encontré un bróker fiable que sigue ocupándose muy certeramente de mi dinero.